Una Comunidad Energética ofrece una serie de ventajas tanto a nivel individual como colectivo.
ECONÓMICOS:
Reducción de la factura de la luz: Al generar y consumir su propia energía, los miembros de la comunidad pueden ahorrar significativamente en sus gastos energéticos.
Mayor control sobre los gastos: Al tener un mayor control sobre el consumo energético, se pueden optimizar los gastos y evitar sorpresas en la factura.
Oportunidades de reinversión: Las comunidades energéticas pueden generar ingresos adicionales a través de la venta de excedentes de energía que deben ser aplicados a la propia CE.
AMBIENTALES:
Reducción de emisiones de CO2: Al promover el uso de energías renovables, las comunidades energéticas contribuyen a la lucha contra el cambio climático.
Mayor eficiencia energética: Las comunidades energéticas fomentan el uso de tecnologías eficientes y promueven hábitos de consumo responsable.
Protección del medio ambiente: Al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, se contribuye a la protección del medio ambiente.
SOCIALES:
Empoderamiento ciudadano: Las comunidades energéticas permiten a los ciudadanos tomar el control de su suministro energético y participar activamente en la transición energética.
Cohesión social: Fomentan la colaboración y la participación ciudadana, fortaleciendo los lazos comunitarios.
Desarrollo local: Contribuyen a la creación de empleo y al desarrollo económico de las zonas rurales y urbanas.
OTROS BENEFICIOS:
Mayor independencia energética: Al reducir la dependencia de las grandes compañías energéticas, se aumenta la seguridad energética.
Innovación: Las comunidades energéticas son un motor de innovación en el sector energético, fomentando el desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones.
Resiliencia: Las comunidades energéticas son más resilientes permitiendo una rápida recuperación ante las fluctuaciones del mercado energético y en los posibles cortes de suministro.